VENDER LA GUERRA (A TRAVÉS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN)
Muchas veces, las personas, nos
dejamos llevar por los sentimientos, o las impactantes imágenes que los medios
nos muestran. Pero cierto es, que no suele ser tal y como se cuenta.
Analicemos el caso de la destrucción y el robo de las
incubadoras de Kuwait. El mundo esteró se volcó con Kuwait. Todo esto al
escuchar las conmovidas palabras de una refugiada kuwaitana de 15 años que fue
testigo. Se acusaba a Sadam de este incidente.
En Washington ante el Comité del Congreso de
los derechos humanos, los copresidentes John Porter de Illinois y Tom Lantos de
California, presentaron a la colegiala de 15 años como primer testigo ocular del
incidente. Realmente no había pruebas materiales que dijeran que tal masacre se
había llevado a cabo. Pero fueron las sollozadas palabras de la joven, las que
hicieron que se hablara de lo sucedido en todas partes y la gente se lo
creyese, fuera o no cierto.
El presidente Bush citó seis veces la historia
de las incubadoras en su guerra de palabras contra Sadam. Pero las
repercusiones del incidente no solo se quedaron en EE.UU. La ONU organizó un foro excepcional. Dos días más tarde las
Naciones Unidas aprobaban la intervención por la fuerza contra Irak y Amnistía
Internacional publicaba un informe sobre Kuwait. Daban un número de bebés
muertos: 312. Mientras tanto el Congreso Americano se apresuraba a autorizar la
intervención militar. La Cámara aprobó de repente la declaración de Guerra.
Faltaba el senado para autorizar la intervención de las fuerzas armadas de los
EE.UU.
Más tarde David Chiu, analizaba los
daños causados en el material médico en Kuwait. Inspeccionó todas las
instalaciones y se extrañó de encontrar tan pocos daños. Tuvo la impresión de
que le habían mentido. Y así fue. Su guía le confirmó que el incidente de las
incubadoras nunca se había producido. La información de la muerte de los 312
bebés era falsa. La noticia se había creado con un objetivo preciso: el de la
desinformación.
Amnistía Internacional corrigió más
tarde su informe sobre el número de bebés muertos y acabó por negar toda la
historia. Pero, ¿Cómo una historia falsa pudo suscitar un consenso tan grande?
La respuesta es sencilla: la publicidad pudo vender un presidente y su mensaje.
Una compañía publicitaria valoró la eficacia de los principales actores de la
guerra verbal que llevó a la verdadera Guerra del Golfo. En 1990 Deep Also, del
grupo Wirthlin de Washington, realizó unos sondeos en el marco de una vasta
campaña de relaciones públicas financiadas por “Ciudadanos por un Kuwait libre”,
una coalición de kuwaitíes y funcionarios estadounidenses. La campaña costó más
de 10 millones de dólares.“Ciudadanos por un Kuwait libre” quería captar la
opinión pública después de una operación de gran envergadura para liberar al
país.
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Kuwait |
La empresa Hill & Knowlton montó
un impresionante documento visual. Los espectáculos y reuniones por ella
organizados fueron grabados y las películas distribuidas a los medios de
comunicación. Al principio de la campaña, los sondeos cotidianos revelaban que
la mayoría de los americanos permanecían indiferentes ante la suerte de Kuwait.
Se preguntaron entonces que podían
hacer para conmover a los americanos y conducirles a sostener una intervención
de la ONU o de otros organismos para expulsar a los iraquíes de Kuwait.Pensaron que lo que había que hacer
era demostrar que Sadam Hussein era un loco que había cometido atrocidades
contra su propio pueblo y que tenía los medios para causar todavía más daños y
que había que pararle a tiempo.
La agencia Hill & knowlton
organizó toda una fiesta de imágenes para los medios de comunicación entre las
que estaba la de la pequeña Najirá, la aparente refugiada Kuwaiti, que terminó
siendo la hija del embajador de Kuwait.
El copresidente John Porter afirmaba
que al haber escondido esta información afectó a la credibilidad de la noticia.
Que les habría dado una perspectiva de lo que decía. Todos tenían derecho a
saber quién era ella. Sin embargo el embajador no piensa lo mismo, y este dato
le parece indiferente.
Esta historia no la tendrían que haber
inventado nunca, porque como casi siempre pasa, el mundo entero se daría cuenta
de que era una farsa.Cuando los iraquíes se enteraron de
las acusaciones que se hacían en contra de ellos, invitaron a los periodistas a
ver los hospitales de Kuwait para dar testimonio. La historia empezó a cambiar.
Nadie había visto morir a los bebés prematuros.
Además, los testigos que comparecieron
ante el Comité del Congreso estaban siendo dirigidos por Hill & Knowlton.
Se les hizo repetir lo que tenían que decir para que se encontraran a gusto con
el decorado, las circunstancias y las preguntas que les iban a hacer. Este era
el papel de Hill & Knowlton : ayudarles a testificar.
La agencia proporcionó sus servicios
incluso al embajador; en concreto evaluaciones cotidianas de sus apariciones
públicas y de su imagen. A lo largo de la campaña incluso su apariencia llegó a
cambiar. Fue un trabajo de relaciones públicas realmente eficaz. Mientras que los representantes Porter
y Lenton perseguían las audiencias sobre Kuwait, también dirigían un grupo
privado, la Fundación del Congreso para los Derechos Humanos. Esta fundación
tenía la central en los despachos de Hill & Knowlton. El titular de la
cuenta de Kuwait de Hill & Knowlton era Craig Fuller, jefe de gabinete de
Jorge Bush cuando este era vicepresidente.
Para vender la guerra, la mayor
sociedad de relaciones públicas de América del Norte invadió el mundo de la
información. Antes de que las tropas americanas
pusiesen un pie en Kuwait, Sadam Husseim probablemente ya estaba vencido por la
campaña de relaciones públicas que persuadió al pueblo americano de enviarlas
allí.Al final el conflicto tuvo la imagen
que Hill & Knowlton quería.
Los argumentos emocionales se pueden
contrarrestar con una buena base informativa. Es necesario informarse de cuanto
ha sucedido, buscando pruebas materiales, o la voz de más testigos. Todo
periodista, antes de sacar una noticia a la luz, debe documentarse lo máximo
posible y contrastar la información para que no haya errores como el que se
cometió al decir que la joven era una refugiada y poco más tarde se descubrió
que esta niña, que quería mantener el anonimato por temor, era la hija del
embajador de Kuwait. En la sociedad actual todo se convierte
en mercancía: los productos, los valores, las emociones… Y la publicidad se
encarga de maquillar y hacer atractivo este proceso.
El espectador puede reclamar la
contrastación de las noticias considerándose un delito y penalizando
económicamente la falsa información que los medios de comunicación nos
transmiten. Aun así, el espectador no tiene suficientes armas para combatir en
esta batalla. Pues él, a priori, no puede juzgar si la información que llega es
verdadera o se trata de una farsa. Pero muchas veces, son los periodistas y el
espectador los que de alguna forma dan
credibilidad a esos argumentos emocionales. El mito de decir las cosas “ de
boca en boca” puede dar lugar a grandes confusiones, tanto para el periodista a
la hora de la recopilación de la información, como para el espectador a la hora
de captarla y divulgarla a otros espectadores. La prensa hasta cierto punto los
provoca conscientemente, pues es una manera de ganarse a un grupo de
seguidores, a un público. Lo hace con imágenes o con determinados argumentos
que “engatusan” al espectador. De esta manera también hacen que la ese público
cambie su opinión respecto a lo que ven, pues la manera en la que se lo
presenten puede dar lugar a una diversidad de la opinión pública.
Truman Capote, creador del nuevo
periodismo, escribió la novela “A sangre fría” que narra la historia del
asesinato de la familia Clutter. Capote buscó todo tipo de información y de muy
diversas fuentes, tales como los propios asesinos y vecinos de la familia. T.
Capote iba a visitarlos a la cárcel para conseguir acercarse a la realidad lo
máximo posible. Le llevó 6 años realizar
esta investigación.
Gay Talese, un pionero del Nuevo
Periodismo, asegura que sería una tragedia que el periodismo tradicional
desapareciera. «El periodista bien
formado es el que va a contar la verdad siempre, y sin ella no se puede
vivir>>
Talese acaba de publicar
el libro “Honrarás a tu padre” donde
desvela los secretos de la mafia italiana en Estados Unidos, después de
haberse infiltrado en la intimidad de la saga de los Bonano durante siete años.
«Hay que tener curiosidad, paciencia y perseverancia -recomienda Talese a los
periodistas-, pero la cualidad más importante es la paciencia», advierte. «Por eso cuando un director o algunos de los que están arriba te
meten presión e impaciencia, que es lo que domina en la cultura y el
periodismo, alimentado por internet, hay que recordarles que si quieren calidad
se necesita tiempo, y así se creará un producto bello».
¿Seguirán los políticos
utilizando a la prensa para influir en los sentimientos de los ciudadanos y así
conseguir sus fines? ¿Por qué hoy en día
no encontramos periodistas más críticos y fieles a la verdad como Truman Capote
o Gay Talese?
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